El aislamiento es un elemento clave en la lucha contra el cambio climático. Puede ayudar a reducir el actual derroche innecesario de combustibles fósiles en los edificios, responsables del 40% del consumo de energía de la UE y los EE.UU. y de una gran parte de las emisiones de CO2 causadas por el hombre.
La eficiencia energética en edificios, incluyendo el uso de los sistemas de aislamiento, se compone de tecnologías que ya están disponibles y guardan el mayor potencial de ahorro «rentable». Los sistemas y productos son bien conocidos y han demostrado su eficacia. En otras palabras, la eficiencia energética es una fruta al alcance de la mano y lista para ser cogida.
El hecho anterior nos lleva a realizar las siguientes recomendaciones:
Se debe usar una tecnología energética eficiente para todos los nuevos edificios.
Ninguna rehabilitación sin aislamiento: que todos los edificios en fase de modernización se rehabiliten de manera que cumplan con las normas actuales sobre eficiencia energética. O mejor aún, que esos niveles de eficiencia energética establecidos se mejoren.
Cuando los edificios lleguen a unos niveles mínimos de pérdida de energía, tendrá sentido empezar a buscar en otros aspectos de la construcción sostenible como el uso de fuentes de energía renovables, incluyendo paneles solares.